Introducción
En el presente trabajo
analizaremos el libro Ética para Amador, del autor Fernando Savater, escritor y
filósofo español dedicado a la reflexión sobre la ética, quien pretende
acercarnos a la esta disciplina desde un plano más amable y cercano a los
jóvenes, puesto que el libro está escrito para su hijo y por tanto utiliza un
lenguaje más liviano y coloquial capaz de ser comprendido por cualquier persona
que no esté directamente ligada a la ética, pero que se interese en la teoría y
en la práctica de la misma, entendiendo como ética.
En nuestro diario vivir
podemos ver ejemplos como los que nos da Savater para explicar de una mejor
forma el concepto y la práctica de la ética, de una forma simple ejemplifica la
libertad y la responsabilidad que tenemos sobre ésta. Para él la libertad es
uno de los conceptos más importantes al hablar de ética. Pero esta libertad que
poseemos, tiene letra chica, ya que debemos saber como vivir con ella al
estar en constante contacto con otras
personas, así como tambien en el plano personal. Vivimos en sociedad y debemos
tener claro como funciona la llamada ética y comprenderla de una manera
correcta para así ser profesionales y personas completas e integras.
Para esto resumiremos cada
capítulo y reflexionaremos bajo nuestro propio punto de vista acerca de la
libertad que tiene cada ser humano humanizado y como llevar una buena vida.
Además comprendiendo la ética podremos hacer de nuestra profesión una profesión
atestada de servicio hacia el otro.
CAPITULO I: De qué va la
ética
Resumen
Este capítulo pretende
enseñarnos qué es esencial en la vida, podemos ignorar muchas cosas, saber
apenas una ínfima parte de todo el conocimiento que hay en la existencia del
ser humano y quizás podamos vivir con eso. Sin embargo, hay ciertas cosas,
ciertos principios básicos que debemos saber si queremos vivir, o en su
defecto, sobrevivir.
¿Qué es lo que me conviene y
lo que no?, ¿qué es bueno y qué es malo? El autor nos comenta que no todo está
bien o mal para todas las personas por igual, que lo que me conviene a mí no es
lo que precisamente le conviene al otro, todos pensamos y sentimos distintos y
por ende el parámetro de bueno y malo nunca será unánime para todo el mundo.
Tener la capacidad de elegir
lo que a mi parecer está bien o mal es lo que nos diferencia de otras especies
que sólo están destinadas a ser dentro de su naturaleza, sin optar a qué o como
quieren ser, sin poder definir que es bueno o malo o que es lo realmente
conveniente para ellos.
Somos seres libres, libres
de pronunciar sí o no.
Análisis
Somos seres libre, libres de
decidir lo que queremos y lo que no, libres de decidir cómo, por y para qué
queremos vivir, de cambiar quienes somos a quienes queremos ser.
Somos capaces de hacer de
nuestra vida una historia nueva cada día, tenemos la facultad de elegir qué nos
conviene o mejor dicho aún, qué nos hace realmente felices. Somos nosotros,
cada uno de nosotros, los encargados de construir nuestro propio camino, de
hacer de nuestra vida lo que soñamos, eso que alguna vez imaginamos y tanto
anhelábamos ser.
Sin embargo la rutina, el
ajetreo del día a día, el ir y venir sin detenerse siquiera un instante a
pensar que es lo que quiero para mi vida, qué es lo que me haría inmensamente
feliz, de donde vengo y hacia donde quiero ir realmente, ha hecho que esta
hermosa capacidad de opción que tenemos los seres humanos se vea cada vez más
subvalorada.
En cierto sentido no
aprovechar esta facultad, no decidir por y para mí, no pensar en lo que
realmente necesito es una tremenda falta de amor hacia uno mismo, es una
inconsecuencia, una falta de justicia, una carencia de afecto hacia la persona
primera persona que debo amar y respetar en el mundo, yo.
Vivamos y gocemos de la
dicha que nos trae la capacidad de velar por nuestra propia felicidad, no
esperemos que alguien más nos haga felices, seamos nosotros mismos los primeros
en hacernos felices.
CAPÍTULO II: Órdenes,
costumbres y caprichos
Resumen
Fernando Savater en este
segundo capítulo procura explicarnos que somos capaces de elegir lo que nos
conviene o no, pero no por eso hacemos lo queremos por simple placer. Es
importante tener en cuanta al momento de optar la circunstancia en la que nos
encontramos. Somos capaces de decidir qué hacer frente a determinada situación,
pero no somos capaces de decidir si pasar por esa situación o no, nos vemos por
tanto obligados a optar por algo que se nos impuso.
Muchas de las acciones que
realizamos en nuestro día a día las realizamos de forma mecánica, casi sin
pensar en lo que estamos haciendo o porqué lo estamos haciendo, porqué hacemos
esto y no aquello, qué es lo que realmente me conviene. Son actos que
realizamos de forma instintiva, pero ¿por qué motivo lo hago? A continuación
mostramos en una tabla tres de los motivos presentados en el texto que nos
condicionan a realizar una determinada acción.
Obligación
|
Costumbre
|
Capricho
|
Acción
que se realiza en víspera de una recompensa o un castigo.
|
Es
un hábito, algo mecánico que hacemos sin pensar.
|
Es
una acción que simplemente nos apetece realizar.
|
Análisis
Se presenta una disyuntiva a
lo largo de este capítulo, puesto que tenemos la facultad de elegir qué
queremos hacer, pero hay veces, situaciones, contextos que nos impiden guiarnos
por lo que deseamos y sólo tenemos que limitarnos al deber hacer, limitándose
así nuestra capacidad de decisión y nuestra libertad de opción.
Dentro de esta mecánica de
qué me conviene, qué no me conviene, qué quiero hacer, qué debo hacer y un
sinfín de preguntas que ya no tienen importancia alguna dentro de la
automaticidad del ser humano, existen motivos o razones por las cuales hacemos
o no hacemos ciertas acciones. Savater enumera tres motivos, dos de los cuales
limitan nuestra libertad de acción y pensamiento, nos vuelven máquinas dentro
de una fábrica llamada mundo, nos referimos a las órdenes y las costumbres, las
que realizamos sin autonomía.
Sin embargo existe una que
viene a salvarnos de esta automaticidad, son las acciones que realizamos por
capricho y que de alguna manera nos otorgan el placer de ser, de elegir
libremente, de vivir a nuestro modo, bajo nuestras reglas, bajo lo que nos nace
por los puros, el impulso, el simple deseo.
CAPITULO III: Haz lo que
quieras
Resumen
Decía Savater en el capítulo
anterior que teníamos distintos motivos para realizar una acción, podemos
preguntarnos por qué hago esto y caer en la respuesta de que lo hago porque me
lo mandan, porque ya es una costumbre o por simple capricho, sin embargo si nos
detenemos todavía un instante más a analizar nuestras acciones nos daremos
cuenta que existe una segunda pregunta ¿y por qué realmente tengo que hacer lo
que me mandan, por qué tengo que hacer algo sólo porque estoy acostumbrado a
eso y si no me parece realmente? O si quiero complacer un capricho, ¿éste es
realmente conveniente para mí?
Todas las preguntas
anteriores tienen que ver con aquello que llamamos libertad. ¿Pero qué es la
libertad? Es la capacidad de decir sí o
no siendo consecuente con mis convicciones y deseos, libertad es decisión. No
obstante, no es sólo dejarse llevar porque lo que queremos, es
responsabilizarse de nuestra decisión, ser conscientes de qué estamos
decidiendo.
Análisis
Esta libertad de decisión se
ve atrofiada una vez más por la forma de vida que lleva la sociedad, el estrés,
la ambición, la codicia, el no pensar en uno mismo, en su integridad, en el no
tomarse un tiempo para la relajación, la contemplación de la naturaleza, la
alimentación del ser. Estamos sometidos a las órdenes de los demás, a lo que
estamos acostumbrados a hacer y a ser, no nos detenemos a decidir si esto es
realmente es lo que nos conviene, si queremos ser de tal o cual forma. Somos
irreflexivos y cómodos, preferimos continuar en la rutina, no somos capaces de
revelarnos contra lo que nos imponen, vamos por la vida simplemente pasando por
ella, haciendo de nuestros sueños y anhelos algo prescindible, no luchamos por
lo que realmente queremos, no vamos contra la corriente. Algo anda mal ¿no?
CAPÍTULO IV: Date la buena
vida
Resumen
En este capítulo con la
sentencia de ‘date la buena vida’ se valoriza el concepto de la libertad, de
dejar de seguir las órdenes o las costumbres a las que nos ha subordinado la
vida, dejar de guiar nuestras acciones por un premio o un castigo. No guiarnos
por nadie más para vivir nuestra vida, actuar libremente de acuerdo a nuestras
convicciones, a nuestras vivencias.
Estamos destinados a la
libertad, condenados a ésta, aunque ya lo queramos así, estamos eligiendo
libremente ser libres.
No obstante, no podemos
confundir esta libertad de acción, de decisión, con realizar lo primero que se
nos dé la gana hacer, no significa hacer algo sólo por hacerlo, sin pensar en
nada. Se trata de elegir lo que es más conveniente para mi y para aquello en lo
que creo, en aquellos en quienes creo.
Análisis
Savater nos grita nuevamente
que hagamos una pausa en nuestra vida y que nos detengamos a pensar en qué
queremos para luego tomar ese anhelo como el impulso que debe guiar nuestras
decisiones, las decisiones de cómo queremos vivir nuestra vida, de quienes
queremos ser y qué legado dejaremos en el mundo. No se trata sólo de respirar,
de comer, de dormir, no se trata sólo de ser una máquina que realiza un
metabolismo determinado para subsistir. Se trata de empaparse de la energía de
la vida.
Debemos aprovechar la
facultad que nos diferencia de los animales, el hoy por hoy tan menospreciado y
mecánico lenguaje, esta valiosa herramienta nos permite expresar emociones, sentimientos,
ideas, nos permite externalizar el mundo que llevamos dentro. Tenemos la
libertad de elegir una buena vida, pero más hermoso aún tenemos la capacidad de
elegir darles buena vida a otros, basándonos en que son seres libres,
respetando cada sueño y cada convicción, basándonos en el lenguaje para conocer
el mundo del otro y amarlo de igual forma en que amamos nuestro propio mundo.
CAPÍTULO V: Despierta baby!
Resumen
Cuando tratamos a los demás
como cosas, lo que recibimos de ellos son cosas, sin poder recibir lo que sólo
las personas pueden dar. No conseguiremos así ni amistad, ni respeto, ni mucho
menos amor. Lo del trato es importante, porque ya hemos dicho que los humanos
nos humanizamos unos a otros.
La primera e indispensable
condición ética es la de estar decidido a no vivir de cualquier modo: estar
convencido de que no todo da igual aunque antes o después vayamos a morirnos.
La atención es relevante en
este asunto, refiriéndose a la disposición de reflexionar sobre lo que se hace y a intentar precisar lo
mejor posible el sentido de esta ''buena vida'' que queremos vivir.
Comprender por qué ciertos
comportamientos nos convienen y otros no, comprender de qué va la vida y qué es
lo que puede hacerla «buena» para nosotros los humanos. Ante todo, nada de
contentarse con ser tenido por bueno, con quedar bien ante los demás, con que
nos den aprobado. Nosotros mismos decidimos como vivir la buena vida.
Análisis
El trato para relacionarse y
mantener una buena vida es necesario, ya que en el encontramos reciprocidad, si
tratamos a las personas como tales, ellos responderán de una buena manera a
este gesto. Siendo humanizados necesitamos de relaciones sociales, afecto, amistad,
amor, etc.
Aun así si no recibimos lo
que intentamos cosechar, estaremos tranquilos con nosotros mismos al procurar
llevar una buena vida y no pensar solo en el momento sino en las proyecciones y
lo que queremos para nuestra felicidad.
A pesar de que lo material
sea importante en la actualidad, no debemos dejar de lado lo indispensable que
es mantener la calidad de nuestras relaciones sociales, disfrutarlas y día a
día hacerlas crecer, si hablamos de una buena vida para los humanos es un
requisito, generar interés preocupación y dedicación a los amigos a la familia
y a quienes han participado en el proceso de nuestra vida.
Capítulo VI: Aparece Pepito
Grillo.
Resumen
La única obligación que
tenemos en este mundo es no ser imbéciles, que es aquel que necesita bastón
para caminar, existen de varios modelos: a) el que cree que no quiere nada, el
que dice que todo le da igual, b) el que cree que lo quiere todo, lo primero
que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta, c) el que no sabe
lo que quiere y no se molesta en averiguarlo. Imita los quereres de sus vecinos
o les lleva la contraria porque sí, d) el que sabe lo que quiere, sabe porque
lo quiere, pero lo quiere flojito, con miedo o con poca fuerza, termina siempre
haciendo lo que no quiere o dejando lo que quiere para mañana, e) el que quiere
con fuerza y ferocidad, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la
realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida.
Todos estos tipos de imbecilidad
necesitan bastón, necesitan apoyarse en cosas de fuera, ajenas, que no tienen
nada que ver con la reflexión ni la libertad propia.
La conciencia que nos curará
de la imbecilidad moral presenta los siguientes rasgos: a)saber que no todo da
igual porque queremos realmente vivir bien y humanamente, b)estar dispuestos a
fijarnos en si lo que hacemos corresponde a lo que verás, queremos o no, c)a
base de práctica ir desarrollando el buen gusto moral de tal manera que haya
ciertas cosas que nos repugne espontáneamente hacer, d) renunciar a buscar
coartadas que disimulen que somos libres y por tanto razonablemente
responsables de las consecuencias de nuestros actos.
Llamamos remordimiento al
descontento que sentimos nosotros mismos cuando hemos empleado mal la libertad.
Ser responsables es saberse auténticamente libres para bien o para mal,
responsabilidad es saber que cada uno de mis actos me a construyendo,
definiendo e inventando.
Análisis
Se refiere a ser imbéciles
por falta de conciencia, de reflexión con respecto a sus actos en su vida
dentro de una sociedad, a la que le resta interés. Podemos sacarnos ese saco de
encima cuando lo que hacemos lo hacemos sin dañar al resto, no es ser egoísta
al pensar en que lo que hago lo hago por mí, sino también con esto pensar en
las consecuencias que traerá para mí y mi alrededor.
Para tomar una decisión
frente a cualquier situación somos libres de elegir el camino que queremos
seguir, sea bueno o malo, es nuestra responsabilidad reconocer que riesgos y
beneficios, daños o felicidad traerá nuestra decisión.
Debo arrepentirme no de lo
que soy sino de lo que he causado con mis actos, si puedo reconocer en que me
he equivocado, el aprendizaje será la reflexión anterior a la decisión y de eso
si he causado algún mal existe el remordimiento pero no de quien soy, de esta
forma viviríamos con la conciencia tranquila, sin afectar la vida y la libertad
de los demás.
Capitulo Vll: Ponte en su
lugar
Resumen
Lo que a la ética le
interesa, lo que construye su especialidad, es como vivir bien la vida humana,
la vida que transcurre entre humanos.
El vínculo de respeto y
amistad con otros humanos es lo más precioso para mí. Tenía bastante claras dos
cosas que me parecen muy importantes: primera: que quien roba, miente,
traiciona, viola, mata, o abusa de cualquier modo de uno no por ello deja de
ser humano. Y quien ha llegado a ser detestable como sigue siendo humano aún
puede volver a transformarse de nuevo en lo más conveniente para nosotros, lo
más imprescindible. Segunda: una de las características principales de los
humanos es nuestra capacidad de imitación. La mayor parte de nuestro
comportamiento y de nuestros gustos lo copiamos de los demás por eso somos tan
educables y vamos aprendiendo sin cesar los logros que conquistaron otras
personas y no empezar de cero.
Tratar a las personas humanamente
consiste en ponerte en su lugar, reconocer a alguien como semejante implica la
posibilidad de conocerla desde dentro, de adoptar por un momento su propio
punto de vista. Ponerse en el lugar de otro es algo más que una comunicación
simbólica con él se trata de tomar en cuenta sus derechos. Y cuando lo derechos
faltan hay que comprender sus razones.
Para entender del todo lo
que el otro puede esperar de ti no hay más remedio que amarle un poco. Quien
vive bien debe ser capaz de una justicia simpática y de una compasión justa.
Análisis
Ponerse en el lugar del otro
es saber realmente lo que se siente estar en sus zapatos, la empatía es muy
importante para vivir una buena vida. ya que a menudo nos vemos en un mundo
individualista y culpabilizador, pero quien somos nosotros para entender por
qué esa persona reaccionó de esa manera o hizo lo que hizo, vemos lo que
ocurrió desde afuera juzgando antes de saber el trasfondo, todos nos merecemos
una segunda oportunidad, somos personas y equivocamos, no siempre tomamos el
camino correcto, pero si logramos darnos cuenta en que fallamos y tenemos la
intención de rectificar y ser mejores personas, no podemos negar esa
oportunidad a los demás, no se logra una compasión si no hay entendimiento
desde la perspectiva del prójimo.
Si nos logramos dar cuenta
cual es la equivocación somos capaces de reaccionar frente a eso, re-educándonos
al intentar superar nuestra falta y seguir adelante, siempre y cuando le demos
una oportunidad.
Capítulo Vlll: Tanto gusto
Resumen
Todo puede llegar a sentar
mal o servir para hacer mal, pero nada es malo sólo por el hecho de que te de
gusto hacerlo.
La diferencia entre el uso y
abuso es precisamente esa: cuando usas un placer enriqueces tu vida, y no solo
el placer sino que la vida misma te gusta cada vez más, es señal de que estás
abusando notar que el placer te está empobreciendo la vida y que ya no te
interesa la vida sino solo ese particular placer. O sea el placer ya no es un
ingrediente agradable de la plenitud de la vida, sino un refugio para escapar
de la vida, para esconderte de ella y culminarla mejor.}
Todo cuanto lleva alegría
tiene justificación, y todo lo que nos aleja de la alegría es un camino
equivocado. El placer es estupendo y deseable cuando sabemos ponerlo al
servicio de la alegría, pero no cuando enturbia o la compromete.
El limite negativo del
placer es cuando empezamos a perder esa alegría por determinado deleite,
estamos así disfrutando de lo que no nos conviene.
Al arte de poner al placer
en servicio de la alegría, es decir, la virtud que sabe no ir a caer del gusto
en el disgusto, se suele llamar templanza, que es la amistad inteligente con lo
que nos hace disfrutar.
Análisis
Existen muchos placeres de
los cuales podemos disfrutar, sin necesidad de abusar de ellos. Aún hay
personas que ven los placeres, como el sexo, de manera osca o con miedo, algo
así como un tabú, pero ha sido así porque hemos propiciado el mal pensar, el
mal uso, y el mal querer en ese aspecto. Se debe definir bien el uso de un
placer y el abuso de éste para que así podamos llevar una vida con
satisfacción, sin que el placer se vuelva una prioridad dentro de una serie de
responsabilidades y darnos cuenta de que éste no se apropie de nuestra vida, ya
que si es así se vuelve un placer equivocado.
Como somos dueños de nuestro
cuerpo debemos saber como llevar este placer también, que no afecte de mala
manera ningún momento de nuestra vida, que no dejemos de hacer cosas por
cumplir este placer.
Debemos hacer que el placer
se convierta en alegría y que nos las dé, no de la manera inversa, que la reste
o la quite. Cuando sabemos convivir con esta realidad podemos decir que
cumplimos con ser felices, aun así si es un estado pasajero, logra motivarnos y
hacernos sentir más íntegros como humanos.
Capítulo IX: Elecciones
generales
Resumen
La ética sirve para
mejorarse a uno mismo, no para reprender elocuentemente al vecino. La
sociedades igualitarias o democráticas son muy poco caritativas con quienes
escapan por encima o por debajo, con quien sobresale.
La ética es el arte de
elegir lo que nos conviene y vivir lo mejor posible; el objetivo de la política
es organizar lo mejor posible la convivencia social, de modo que cada cual
pueda elegir lo que le conviene. Cómo nadie vive aislado, cualquiera que tenga
la preocupación ética de vivir bien no puede desentenderse olímpicamente de la
política. Existen diferencias importantes entre la ética y la política es que,
la ética se preocupa de lo que uno mismo hace con su libertad, mientras que la
política intenta coordinar de manera más provechosa para el conjunto lo que
muchos hacen con sus libertades. En la ética es muy relevante querer bien, para
la política en tanto lo importante son los resultados de las acciones, que se
haga. Respecto a lo dicho anteriormente algunas reflexiones sobre este asunto:
a) Como todo el proyecto ético parte de la libertad, el sistema político
deseable tendrá que respetar al máximo las facetas públicas de la libertad
humana. b) Principio básico de la buena vida: ponernos en el lugar de nuestros
semejantes y relativizar nuestros intereses para armonizarlos con los suyos, se
trata de aprender a considerar los intereses del otro como si fueran los tuyos
y viceversa. A esta virtud se le llama justicia, c) Una comunidad política
tiene que garantizar dentro de lo posible la asistencia comunitaria a los que
sufren y la ayuda a los que por cualquier razón no pueden ayudarse a sí mismos,
y lograr que no se haga a costa de la libertar y dignidad de la persona.
Comunidad política: liberta, justicia y asistencia
Análisis
Savater nos habla en este
capítulo sobre el objetivo de la ética, el cual se centra principalmente en
mejorarnos como personas, sin dejar de lado aquello en lo que creemos y aquello
por lo que luchamos, no preocupándonos de los defectos que posee el otro sino
más bien con la preocupación de mejorar nuestra actitud frente a la vida.
Por otra parte menciona la
facultad que posee el ser humano para empatizar con la sociedad en la cual está
inmerso. Además de esto hace un llamado a la clase política a entregar la
libertad necesaria para responsabilizarnos por nuestros actos de acuerdo a lo
que cada uno estime conveniente, guiándonos por nuestra libertad de elección,
siendo consecuentes con nuestros anhelos y convicciones, pensando siempre en el
propio bienestar y en el bienestar común.
Conclusión
Este texto nos hace
reflexión sobre la valiosa capacidad que tiene el ser humano de decidir, de
elegir, de optar por lo que más le conviene. Tenemos la maravillosa facultad de
ser libres, libres para pensar, para crear, para reír, para , para soñar, para
amar, para vivir.
Cada oportunidad que nos da
la vida la debemos aprovechar de la mejor manera, el saber vivir y vivir bien
es decidir de la manera correcta, pensando en nuestra lucidez como seres
humanos dimensionando lo que queremos lograr y las consecuencias que traerá esto
para nuestras vidas, nunca siendo egoístas al pensar, sino que más bien
ponernos en el lugar del otro, intentando un bienestar que abarque mis propios
intereses sin dañar los ajenos.
Algo primordial es el
respeto, lo que siempre debemos tener en cuenta, el saber convivir con el otro,
no somos seres individuales sino que vivimos en conjunto, por lo tanto el
respeto también invita a ser justos a no juzgar sin saber la posición del otro,
y no pasar a llevar también sus intereses, ni su actitud frente a la vida.
Finalmente, todo lo anterior
está ligado directamente con nuestro quehacer como futuros fonoaudiólogos,
puesto que muchas de las decisiones que tomemos en nuestra vida profesional
afectarán directamente a nuestros usuarios y su entorno. Por esto debemos hacer
valer nuestra facultad de elegir libremente según nuestros deseos y
convicciones, pero sin dejar de lado nuestra responsabilidad social y nuestro
deber fonoaudiológico.
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